martes, 8 de diciembre de 2015


Seres no-ordinarios como Platón nos decían hace 2500 años que el discurso retórico debía evolucionar hacia una dialéctica más ética y elevada, que superara la indiscriminada obsesión por convencer, hacia un arte de diálogo o debate, con el único objetivo de buscar la verdad y transmitirla comprensiblemente .

Qué desasosiego produce ver a cuatro homínidos ordinarios, en la verde edad del desarrollo (de ida pero no de vuelta), recitando eslóganes, siglas y cifras memorizadas, como títeres, desde la obediencia a un libreto, con sonrisas caninas... para mostrar dientes y esconder el alma.

Cándidos – candidatos amaestrados y entrenados para auditorios domesticados y asustados desde el bolsillo, que esperan la promesa de rellenar el platito, al costo de anestesiar el corazón y vaciar la cabecita.

Querido Platón, esta es la renovación del show del marketing y no del arte de gobernar; esta pseudo-democracia sigue siendo “el gobierno del pueblo, para el pueblo y por culpa del pueblo”; cuando la población sigue ensayando la misma fórmula errónea que ignora a los domesticadores o los titiriteros. 

Leonardo Diaz Araujo

1 comentarios:

  1. Yo quisiera encontrar una "varita mágica" y desaparecer de la faz de la tierra, toda la maldad, la injusticia, el dolor, el hambre, la pobreza, la miseria humana, la "servidumbre humana" y vivir en un mundo distinto donde no existan todos estos domesticadores y titireteros...pudiera haber este mundo me pregunto a menudo...tal vez peco de ingenua.

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