Seres
no-ordinarios como Platón nos decían hace 2500 años que el discurso retórico
debía evolucionar hacia una dialéctica más ética y elevada, que superara la
indiscriminada obsesión por convencer, hacia un arte de diálogo o debate, con
el único objetivo de buscar la verdad y transmitirla comprensiblemente .
Qué
desasosiego produce ver a cuatro homínidos ordinarios, en la verde edad del
desarrollo (de ida pero no de vuelta), recitando eslóganes, siglas y cifras
memorizadas, como títeres, desde la obediencia a un libreto, con sonrisas
caninas... para mostrar dientes y esconder el alma.
Cándidos
– candidatos amaestrados y entrenados para auditorios domesticados y asustados
desde el bolsillo, que esperan la promesa de rellenar el platito, al costo de
anestesiar el corazón y vaciar la cabecita.
Querido Platón, esta es la renovación del show del marketing y no del arte de gobernar; esta pseudo-democracia sigue siendo “el gobierno del pueblo, para el pueblo y por culpa del pueblo”; cuando la población sigue ensayando la misma fórmula errónea que ignora a los domesticadores o los titiriteros.
Leonardo Diaz Araujo
Yo quisiera encontrar una "varita mágica" y desaparecer de la faz de la tierra, toda la maldad, la injusticia, el dolor, el hambre, la pobreza, la miseria humana, la "servidumbre humana" y vivir en un mundo distinto donde no existan todos estos domesticadores y titireteros...pudiera haber este mundo me pregunto a menudo...tal vez peco de ingenua.
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