El pánico más ancestral del HOMO, heredado en los HUMANOS

En el disco duro de todo ser humano, que llamamos ADN, está implantado un programa de supervivencia básica que se activa ante la “resonancia-recuerdo” de una posible amenaza, y esto opera dentro de los mecanismos inconscientes que llamamos INSTINTO.  

Uno de ellos, es lo que en antropología se denomina INSTINTO GREGARIO,  que hace referencia a la necesidad ancestral (más de 15 millones de años) de RECONOCIMIENTO y permiso para INTEGRACIÓN en la manada, como fuente indispensable de protección, alimento, cobijo, apareamiento y descendencia, o sea: SUPERVIVENCIA.

La activación de este registro detona la alarma emocional con la intensidad de su recuerdo prehistórico de PÁNICO A LA SOLEDAD, VULNERABILIDAD y MUERTE por frío, hambre o ataque violento de depredadores.

Los sabios de la antigua Grecia, que reconocieron la pavura de este enquistado MIEDO-PRIMAL, lo aprovecharon como máxima condena y martirio para aristócratas y políticos, y llamaron a dicha pena capital de destierro y abandono: OSTRACISMO.

Hoy, todos pagamos un precio por esta “reliquia genética” o arcaísmo vestigial, que potenciado por traumas infantiles en resonancia con la sensación de orfandad, disparan, el afán de reconocimiento, los celos, el temor al qué dirán, el miedo a la soledad, y terror al abandono, que tanto deteriora las relaciones.    

La mujer es, en esencia, más susceptible a estas memorias porque como hembra primate, sufrir el desprecio y abandono del macho por dedicación a otra, significaba también la muerte de sus crías.

En un vínculo, la desaparición de la buena resonancia de sintonía, convertida en INCOMPATIBILIDAD VIBRATORIA, se vivencia como desarmonía, incomodidad, desagrado, displacer, desamor o cualquier otra forma de sufrimiento (implicada entre personas o con instituciones). Ahora bien, cuando a una de las partes se le activa el síndrome del abandono y padece de adicción al conflicto emocional,… entonces reaccionara con un estado de rencor y violencia que llamamos DESPECHO… (con una lógica distorsionada de: “estás conmigo o contra mí”, entonces… “la mejor defensa es el ataque”).

Esta conducta patológica se expresa con agresividad física, psíquica y/o emocional, energía de rencor y dolor (de antiguos traumas inconscientes activados) que busca sofocarse en la VENGANZA, y en el mejor de los casos en la forma de DIFAMACIÓN.

 Este efecto dominó subconsciente busca concretarse en lo que llamamos LINCHAMIENTO, famoso en todo ámbito de brutalidad primitiva, donde el “señalado”, por simple acusación, pasa a la condena, omitiéndose la posibilidad de defensa, de evidencias y de pruebas.

Es la activación del campo energético del CHACKRA CORAZÓN, ligado al sistema sutil de mando, que NOS INTEGRA EN UNA RED SUPRA-HUMANA que nos contiene, cobija e inmuniza eternamente…y que llamamos DIVINIDAD.

Este es el reto evolutivo del cambio caótico que transitamos, que será más suave y posible para aquellos que dejen de quejarse-preocuparse y empiecen a OCUPARSE…

Que no sólo hablen de cambios, sino que CAMBIEN…

Y que dejen de hablar de “salto evolutivo”… y se atrevan a SALTAR .

Leonardo Díaz Araujo